hace frío en la miseria de mi cama,
por las noches llueven ranas por aquí.
No aparece tu sonrisa y nadie llama,
¿Qué más da si nadie importa para mí?

Me levanto voy al baño
y me tropiezo,
me preparo un cinzano con limón;
pasó mucho, pero igual siempre me acuerdo
de tu boca cada vez que veo un limón.

honey honey en la cama o en el suelo.

P e a c h e s.

te dije que me dieras lo que creías que merecía,
y me diste un durazno de esos jugosos y dulces.
En ese momento me pareció sumamente divertido,
aunque ahora que lo pienso creo que soy un poco mejor
que cualquier durazno, o tal vez no.

Es casi una enfermedad. No digo que me moleste, es más, lo disfruto en todo momento.
No me molestó hablar con él, casi es un placer, aunque claramente sigo cometiendo los mismos errores porque las situaciones son tan parecidas que creo estar haciendo lo correcto de nuevo. Entonces, no miento... aunque honesta no es la intención y si la fuera todo esto no tendría sentido.

debes buscarte un nuevo amor

y si que fuiste rápido, aunque rápido y efectivo no es lo mismo.

Es realmente difícil darse cuenta de la diferencia entre hiriente y confiable,
después de todo van de la mano siempre.

cada vez que me dejo llevar... termino sintiéndome asquerosamente arrepentida.

Y de a poco y como siempre
se me transforma en algo fugaz,
algo que ya no sé si es verdad.
Es, a veces, la obsesión por alguien diferente,
tanto así de llegar a armarlo como un ser perfecto.
Entonces me vuelvo a preguntar
si esto valdrá la pena
o si el verdadero amor, o lo que sea,
tiene que llevar con él la melancolía
y las lágrimas;
porque si es así muy pocas veces,
casi ninguna, lo he sentido.
Y me repito que tal vez estoy enamorada de enamorarme.